jueves, 6 de octubre de 2011

EL JUEGO DE LOS HEREJES



EL JUEGO DE LOS HEREJES
César Mallorquí
Espasa, 2010

Hace un par de años leí un libro de César Mallorquí que me dejó un buen sabor de boca. Se llamaba El juego de Caín y lo que más me sorprendió del libro fueron los personajes, capitaneados por una detective privada, Carmen Hidalgo, que se pirraba por los zapatos de marca. Luego, con tantas lecturas, me olvidé un poco de esa detective tan particular hasta que hace poco supe que el año pasado había salido a la venta el segundo libro que tenía también como protagonista a Carmen Hidalgo y recordé lo mucho que disfruté con la lectura del primero. Lo busqué y en Fnac encontré la edición de Espasa a 5,95 €, más barato que los libros de bolsillo, con lo que evidentemente me lo compré, aunque de ser más caro también lo habría hecho.

César Mallorquí.
A César Mallorquí lo conoceréis los seguidores de la literatura de ciencia ficción, y seguramente los lectores más jóvenes, pues es en estos géneros donde más se ha prodigado este autor y por los que ha recibido numerosos premios. A otros os sonará su apellido, y es que César Mallorquí es hijo de José Mallorquí, el creador del célebre personaje El Coyote.
No voy a extenderme con la vida y milagros del autor pero sí quiero señalar que en la ficha sobre César Mallorquí que trae el libro, pone que dejó de fumar en 1986, así, como quien no quiere la cosa, entre su currículum; lo cual, si bien al principio me sorprendió, una vez que lees sus libros, al menos los de esta saga, entiendes que tal reseña sobre el autor te está adelantando lo que vas a encontrar en el libro: mucho humor e ironía.
Como decía, en 2008 César Mallorquí dio a luz a una detective privada muy particular en su novela El juego de Caín, un libro que se aleja de la literatura que hasta entonces había escrito y que está dirigido, por así decirlo, a un público más adulto.
El juego de los herejes es la segunda novela protagonizada por la detective Carmen Hidalgo.

Argumento.
Hace dos mil años, un grupo de hombres llamados Los Preservadores dedicaron sus vidas a denunciar una mentira, el mayor engaño de la historia de la humanidad. A causa de ello, fueron perseguidos, viéndose obligados a ocultarse y a mantener en secreto la verdad. A partir de entonces, ellos y sus descendientes sufrieron un mortal acoso cuyo único objetivo era hacerles desaparecer de la faz de la tierra. Y sus enemigos casi lo consiguieron. Casi...
Veinte siglos más tarde, la investigadora Carmen Hidalgo recibe el encargo de buscar a Sebastián Gálvez, un escritor especializado en ensayos sensacionalistas sobre "historia paralela" que ha desaparecido sin dejar rastro. No obstante, su verdadera misión es encontrar el Legado Mandeo, un valioso documento que, al parecer, contiene una extraordinaria revelación. O quizá no.
En el curso de la investigación, Carmen, ayudada por un extravagante arqueólogo y por un perturbado asesino a sueldo, se ve envuelta en una compleja trama sembrada de cadáveres.
Finalmente, tras sobrevivir a un laberíntico juego de engaños, trampas y fingimientos, Carmen descubre la naturaleza de un secreto por el que muchos estarían dispuestos a matar o morir. (Sinopsis extraída de la contraportada).


La detective que calza Manolos.
Ya os he comentado que Carmen Hidalgo es una detective privada un tanto peculiar. Tiene fijación, como muchas mujeres, por los zapatos, sobre todo por los de marca. Vamos, que es una especie de Carrie Bradshaw en ese sentido. Carmen tiene treinta y tantos años, estudió Derecho pero apenas ejerció porque se casó muy joven con un expolicía con quien montó una pequeña agencia de detectives. El marido le salió rana y la estafó dejándola con un montón de deudas. Carmen tratará de sacar la agencia adelante con la ayuda de un exladrón, otro personaje de lo más peliagudo, que siempre tiene en la boca alguna cita famosa. Esta detective no lleva armas ni sabe artes marciales, pero, ¡ni falta que le hace!, porque para eso ya está Ángel, una especie de guardaespaldas piradísimo. Lo que sí tiene Carmen es un instinto especial (por algo es detective) y mucho tesón y fuerza de voluntad para llegar al fondo del asunto (algo obvio, por otra parte). Carmen es ahora una mujer independiente que ha iniciado una nueva relación amorosa que se verá algo perjudicada por culpa de su intensa dedicación al trabajo. Sí, aquí el hombre es el sufridor. ¡Ah, y no puedo olvidar a su familia!, porque, ¡por Dios!, qué familia la de esta mujer. Vamos a ella.


Una familia almodovariana.
Así describe el propio autor a la vastísima familia de Carmen, y cuando te lees sus libros es precisamente esa comparación la que te viene a la cabeza. Tiene una madre metomentodo que bien podría ser la Chus Lampreave más almodovariana o una Beatriz Carvajal en Los misterios de Laura. Tiene además un montón de hermanos, primos, tíos, cuñados, sobrinos, novios de sus primas... Y claro, con tanta gente en la familia, siempre va a haber alguien a quien echar mano para algún asuntillo de la agencia. En este libro cobra especial protagonismo una hermana de Carmen, muy guapa pero de lo más mojigata, que por una infidelidad de su marido pasa de numeraria del Opus Dei a atea en un abrir y cerrar de ojos, y un primo recién ingresado en la familia de Carmen y con el que vivirá las situaciones más peligrosas e inverosímiles. No puedo olvidar a su prima Violeta, una hacker obesa que apenas sale de su casa.

Ocasionalmente también echa mano de un amigo policía que le debe varios favores a Carmen. Y luego está el guardaespaldas que os he comentado antes, un tipo loco perdido que profesa a Carmen una devoción sin límites y que no duda en cargarse al que sea si ella está en peligro.


La trama: un Código Da Vinci con mucho humor.
La aparición de un manuscrito, un legado, una secta, un secreto que de hacerse público haría que cimbreasen los mismísimos muros del Vaticano, varios fiambres... ¿Os suena de algo?
En el propio libro, más de una vez, César Mallorquí hace un guiño irónico al libro de Dan Brown en palabras de algunos personajes:

- Ay, señor, señor... -murmuró-; cuánto daño ha hecho El código Da Vinci a la cultura popular. (pg. 321)

Cierto que el tema, a priori, resulta demasiado visto, pero tampoco se tiene que declinar la lectura de un libro sin más por el mero hecho de que trate sobre un tema ya visto. ¿Acaso dejamos de ver películas sobre la Guerra Civil, la del Vietnam o la II Guerra Mundial por el hecho de haber visto ya muchas?

Todo depende del enfoque con que estén hechas o de la calidad de las mismas. Lo mismo tiene que aplicarse a la literatura. Si un libro es bueno o está escrito desde una perspectiva diferente no se debería echar en el olvido simplemente por ese motivo, y es que, además, siempre se puede descubrir algo nuevo, o si es algo que ya sabías, verlo con otros ojos. Y desde luego algunas cosas del libro darán que pensar a más de uno.
Además, César Mallorquí se ha documentado sobradamente para escribir esta novela, cosa que se evidencia con la simple lectura del libro y que además explica en una Nota al final del mismo.

Pero independientemente de eso, es que si cabe, el libro engancha más por los personajes que por los misterios o los enigmas, engancha por su comicidad y por las risas que sabes que seguro te perderías si abandonaras su lectura.


¿Por qué lo recomiendo?
Pues creo que lo he dejado muy claro. Porque a pesar de tener una trama un poco vista y situaciones un tanto inverosímiles, es un thriller diferente, entretenido, con mucha frescura, lleno de situaciones cercanas y cotidianas que se entremezclan con la acción y el suspense propios de un trhiller, resultando un híbrido muy humorístico que hace que se pasen muy buenos ratos. Y además está bien escrito porque César Mallorquí es un gran narrador.


César Mallorquí

Consejo: No obstante y pese a que yo no soy cumplidora de esa norma -aunque en este caso sí lo he sido- recomiendo a los que estéis interesados en esta saga de César Mallorquí empezar por el primero de los libros, El juego de Caín, que tiene todas las características de éste en cuanto a humor, ironía, frescura y agilidad pero que tiene una trama más original, y además será más fácil empatizar y conocer desde el principio a estos personajes tan singulares y en especial a esta detective tan de andar por casa, pero eso sí, subida en unos altísimos Manolos.







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