SUEÑOS DE FELICIDAD
(Dreams of Joy)
© Ediciones B, S.A. para el sello Bruguera, 2012
Traducción: Efrén del Valle
1ª edición: septiembre, 2012
ISBN: 9788402421296
456 páginas
Esta reseña forma parte de una iniciativa que lanzó PriceMinister junto con los blogs From Isi, 10.15 Saturday Night y El bibliófilo enmascarado bajo el lema “Elección del mejor libro de
Y por lo que he podido ver,
PriceMinister se ha visto desbordado ante la avalancha de blogs que han
secundado la iniciativa, o en otras palabras, la campaña ha sido un rotundo
éxito; para que luego digan que en este país ni se promueve la lectura ni se lee.
Reza el dicho que segundas partes nunca fueron buenas, y las malas lenguas que
ser número uno en ventas es sinónimo de baja calidad literaria. A los que piensen así, les recomiendo que se acerquen a la obra de Lisa See, porque Sueños de felicidad
no es que haya cumplido mis expectativas, es que las ha superado. Me he
encontrado con un libro que además de tener las virtudes del primero (agilidad, entretenimiento, sentido del ritmo narrativo...), está
refrendado por un marco histórico tan poderoso, que lo hace destacar entre
otros libros del mismo género.
Aunque no es necesario haber
leído Dos chicas de Shanghái para
entender Sueños de felicidad, puesto
que la autora en este segundo libro desgrana las principales vicisitudes del anterior
con objeto de situar al lector, yo recomiendo a pies juntillas leer los dos, y a
ser posible cercanos en el tiempo. Estoy convencida de que de hacerlo así la
experiencia resultará mucho más enriquecedora y se advertirán detalles que a
priori parecen casuales, meras anécdotas, y que luego resultan ser fruto de un
arduo trabajo por parte de esta autora que ha articulado una fantástica
historia sin dejar ni el más mínimo detalle al azar. Me vienen a la mente libros que estoy segura en un principio fueron escritos sin pretensión alguna de continuación y que ante el éxito de ventas, se conviertieron en sagas que se notaba a las claras que estaban escritas en pro de seguir explotando la gallina de los huevos de oro, porque adolecían de las virtudes de la novela inicial y presentaban tramas puestas de forma descarada sin conexión ni coherencia alguna con las iniciales que dieron lugar a esas impostadas sagas. Con Sueños de felicidad ocurre lo contrario, y si por un casual la autora no tenía en un principio la idea de continuar la historia (aunque por el final del libro yo creo que sí) y lo hizo sucumbiendo a exigencias comerciales, lo cierto es que ha superado la prueba con creces y ha urdido una segunda parte no solo coherente con el devenir de la primera, sino mejor que la primera.
Si en Dos chicas de Shanghái Lisa See nos llevaba hasta el
Chinatown de Los Ángeles, en Sueños de
Felicidad nos traslada al mismo infierno, a las comunas populares de un Mao
Zedong que con su inútil política agraria llevó a la muerte a millones de
personas.
Joy, la hija de Pearl, huye a
China conmocionada por los secretos que acaba de descubrir referentes a su
familia y orígenes. Está además ansiosa por descubrir la nueva sociedad de la
China comunista y ayudar en su construcción. Su madre, Pearl, partirá también a
China para buscarla y allí se encontrará con Z.G., el amor de su juventud y por
cuya causa siempre ha tenido una relación de amor-odio con su hermana May. Madre
e hija se reencontrarán pronto, pero las circunstancias acabarán separándolas
de nuevo.
Gran parte de la primera mitad del libro está
dedicada a mostrarnos el día a día de Pearl y Joy (madre e hija), sus avatares
cotidianos y las dificultades que se van encontrando por el camino a su llegada
a una China muy diferente de la que abandonó la madre y de la que se imaginaba
la hija.
Sin embargo, aproximadamente en la segunda mitad de la novela, la
historia crece y adquiere tal calado y profundidad que me ha hecho quitarme
totalmente el sombrero ante esta escritora americana de origen chino. Sueños de felicidad me ha llevado al
mismísimo corazón de la China
del Gran Salto Adelante de Mao Zedong. Lisa See nos ofrece un desgarrador y
magistral retrato de la utópica, inútil y aberrante política de reforma agraria
del líder comunista. Las fuentes oficiales achacan gran parte de la hambruna que
llevó a la muerte a millones de personas a las catástrofes naturales. Lisa See
no se conforma con esa versión oficial (“Occidente solo ve la fachada de
China”, declaró en una entrevista) y así lo relata en el libro e incluso lo
pone en boca de Joy (“Dicen que las malas cosechas se deben a catástrofes
naturales, pero yo no he visto ninguna”).
Decía al principio que leyendo
ambos libros se descubren detalles que a priori pueden parecer meras anécdotas, pero que luego descubre el lector que son primordiales para comprender el ambiente que se
respiraba en el contexto histórico en que se desenvuelve la novela. Un simbolismo a parentemente azaroso, como el hecho de que Lisa See escogiera para las hermanas May y
Pearl el oficio de posar como “chicas bonitas” para carteles publicitarios, y que no
es, como digo, nada casual. A través de esos carteles, primero de caras bonitas
anunciando productos de lujo y más tarde de campesinas anunciando verduras
gigantes, el lector asistirá al profundo cambio de una sociedad, al paso del
Shanghái de la ostentación y la buena vida, a la que resultó ser la fracasada y
descomunal campaña agraria impuesta por el líder
comunista, cuya imagen, también en gigantescos carteles publicitarios,
empapelaba las ciudades y los campos en una desmesurada propagación del culto a
la personalidad.
Lisa See se adentra en el retrato
de esa hambruna de un modo totalmente realista pero a la vez desprovisto de
cualquier indicio de sensiblería de manual. Las escenas conmueven y te remueven
por dentro, son capaces de dar vida a nuestras conciencias, pero sin pretensiones
de buscar la lágrima fácil. Las cosas son como son sin necesidad de regodeos ni
tintes de folletín.
El desgarrador retrato de esa hambruna
conforma a mi entender el plato más fuerte del libro, el que lo hace diferente
y especial; sin embargo sería una torpeza por mi parte quedarme solo ahí y no mencionar
otros detalles que hacen que el libro resulte tan ameno, instructivo y
entretenido, como el magnífico retrato de las costumbres y tradiciones chinas, la
importancia que tiene para su cultura milenaria el horóscopo (tan presente en toda la novela), la cultura en torno al vendaje de los pies en las mujeres, la sencilla y
atractiva estructura del libro (todas las partes y capítulos están titulados a
tono con su contenido), la narración en primera persona por parte de las
protagonistas Pearl y Joy (lo que facilita enormemente la conexión con la
historia), el amor entre hermanas, el amor de una madre, la lucha por la supervivencia o el desgraciado sino de haber nacido mujer en China... Y podría
seguir porque el libro da para mucho,
pero sería muy difícil hacerlo sin desvelar en exceso la trama.
No sé si Sueños de felicidad se
alzará con el título de mejor libro de 2012 de esta campaña, pero en mi lista particular ya
está subido en el podio.
© Patricia Williams |