1ª Edición íntegra en castellano
Editorial dÉpoca, 2012
© Traducción: Eva María González Pardo
Editorial dÉpoca, 2012
© Traducción: Eva María González Pardo
© Introducción y Apéndice: Susanna González
Ilustración de cubierta original para esta edición: Miguel G. Díaz
ISBN: 978-84-938972-5-3
Antes de abordar esta reseña -aunque más que una reseña me ha quedado una especie de recomendación- quiero daros las gracias por la cantidad de comentarios que me dejasteis en mi entrada anterior. De verdad que no tengo palabras para expresar mi agradecimiento ante tantas muestras de cariño. Un millón de gracias a todos por estar y seguir ahí, hacéis que todo sea mucho más fácil.
Y entrando ya en faena me gustaría compartir con vosotros mi opinión sobre un libro que es una auténtica maravilla. No es un libro de ficción, que es el género que ocupa la mayor parte de mis horas lectoras; es un epistolario, una especie de antología que recoge las ciento sesenta y una cartas de las más de dos mil que se cree que escribió Jane Austen. La particularidad de este libro es que es el primero escrito en castellano que recoge la totalidad de esas cartas, la primera versión íntegra de las mismas en lengua castellana, hito que tenemos que agradecer a la editorial dÉpoca que ha realizado una labor titánica con este libro (los que lo tenéis seguro que sabéis que no estoy exagerando). Esta editorial pretende rescatar del olvido joyas clásicas y darlas a conocer en lengua castellana, y, en mi opinión, dentro de su breve pero exquisito catálogo, este libro es "la joya de la corona".


A través de la correspondencia que contiene el libro conoceremos una gran cantidad de anécdotas y curiosidades de la vida de la escritora, datos de carácter eminentemente biográfico en los que también hay alusión a sus novelas o a los personajes que las pueblan, lo que será del agrado de los lectores aficionados a su obra que podrán conocer de primera mano la fuente de inspiración de su libros.
Son tantos los nombres, lugares y situaciones que aparecen en las cartas que de no ser por las notas explicativas que contiene el libro correríamos el riesgo de "perdernos" en su lectura. Por ello y aunque tal cantidad de información pueda parecer apabullante, el esfuerzo realizado por la editorial incluyendo tantas notas a pie de página, introducciones que preceden a cada una de las seis secciones en que se divide el libro o un extenso apéndice que contiene varios índices (cronológico, de nombres, topográfico...), en mi opinión se hace indispensable para situar al lector correctamente en tiempo, lugar y contexto a la hora de sumergirse en la lectura de las cartas. No obstante, el lector que prefiera leerlo de la forma más parecida a una novela siempre tendrá la opción de pasar de puntillas sobre la información adicional y leer directamente las cartas pero, sinceramente, sería una lástima perderse todas esas aclaraciones que tanta información nos ofrecen sobre la escritora y que considero indispensables para, en palabras de la editorial, conocer no solo a la Jane Austen novelista sino a la Jane Austen mujer.
Os voy a confesar una cosa: no he sido nunca una entusiasta de Jane Austen (tampoco una detractora). De hecho, empecé a leerla muy tarde, lo que tampoco significa que no conociera su obra; es simplemente que soy poco dada a la literatura romántica y básicamente la idea que tenía de sus novelas era la que me había transmitido el cine, una idea que ahora se me antoja errónea al comprobar con sumo agrado que Jane Austen ni era frívola ni era una escritora de ñoñerías para mujeres, muy al contrario, de su correspondencia se evidencia una personalidad bastante alejada de lo que sería el perfil "ideal" de la mujer de la época.
Es un libro que recomiendo encarecidamente a todos los seguidores de la novelista inglesa y por supuesto a los estudiosos de su obra, para quienes lo considero además indispensable por la labor de recopilación de información que nos ofrece la editorial. Sin embargo creo que no hace falta ser un ferviente seguidor de Jane Austen ni pertenecer al fenómeno de la "Austenmanía" para disfrutar del libro, por lo que los lectores curiosos o los que gusten de conocer la parcela más íntima de los grandes escritores también podrán disfrutar de él.
Así que no os quedéis solo en los
bailes, en los vestidos o en los cotilleos diarios que se contaban las hermanas Austen; procurad absorber su delicadeza, su ingenio, su humanidad, su interior; en suma, su evolución como mujer y, cómo no, su astuto y
maravilloso sentido del humor, ese del que hacía gala en sus novelas y que afortunadamente descubro gracias a estas cartas que no era impostado para sus obras de ficción sino que era innato en la novelista:
"Haré todo lo posible para hacer la presente carta más digna de tu aprobación que la última que te escribí; fue tan sosa que creo que el señor Marshall no debería haberte cobrado por el franqueo”. (pág. 95)
