Lo reconozco. Me compré esta novela por los paralelismos que a priori presenta con El nombre de la rosa y es que es algo que no puedo evitar y que he hecho en más de una ocasión, y pese a que en la mayoría de las veces la comparación ha sido pura utopía, he vuelto a pecar.
Antonio Gómez Rufo.
Madrileño de nacimiento y vocación, ha declarado que escribe desde las once de la noche a las seis de la madrugada y revisa el primer borrador siempre nueve veces (manías de escritor). Este conocido y reconocido autor estudió Derecho y Criminología. Su dedicación a la abogacía fue sin embargo muy breve pues pronto sintió la llamada de la creación literaria. La política ha sido otra de las constantes de su vida y estuvo muy vinculado a D. Enrique Tierno Galván en diversas actividades.
Madrileño de nacimiento y vocación, ha declarado que escribe desde las once de la noche a las seis de la madrugada y revisa el primer borrador siempre nueve veces (manías de escritor). Este conocido y reconocido autor estudió Derecho y Criminología. Su dedicación a la abogacía fue sin embargo muy breve pues pronto sintió la llamada de la creación literaria. La política ha sido otra de las constantes de su vida y estuvo muy vinculado a D. Enrique Tierno Galván en diversas actividades.
Su obra literaria abarca prácticamente todos los géneros de la literatura. Ha escrito obras de teatro, ensayo, biografías, relatos cortos, artículos de prensa y novelas. También ha escrito guiones para películas y series de televisión.
Autor de una veintena de novelas, destacan entre otras, El secreto del rey cautivo por el que recibió el Premio Fernando Lara de Novela, Las lágrimas de Henan, El alma de los peces o La noche del tamarindo.
Algunas de sus obras han sido traducidas a varios idiomas y ha sido galardonado en diversas ocasiones. De su faceta como ensayista sobresale su Carta a un amigo en referencia a Don Enrique Tierno Galván.
Mención especial merecen sus Biografías sobre Marx y Luis García Berlanga.
La abadía de los crímenes es su última novela.
Argumento.
Corre el año del Señor de 1229 cuando una oleada de crímenes en la abadía catalana de San Benito causa honda inquietud en la Corona de Aragón. Varias novicias del primer convento femenino del reino han aparecido asesinadas. Para esclarecer estas muertes, el rey don Jaime I inicia personalmente la investigación con la ayuda de la sagaz Constanza, una singular monja navarra. (Sinopsis extraída de la contraportada).
Corre el año del Señor de 1229 cuando una oleada de crímenes en la abadía catalana de San Benito causa honda inquietud en la Corona de Aragón. Varias novicias del primer convento femenino del reino han aparecido asesinadas. Para esclarecer estas muertes, el rey don Jaime I inicia personalmente la investigación con la ayuda de la sagaz Constanza, una singular monja navarra. (Sinopsis extraída de la contraportada).
Personajes principales.
REY DON JAIME I DE ARAGÓN. Lleva el peso de la novela. Es el protagonista absoluto. En el libro se retrata su vertiente más personal y desconocida, no centrándose tanto en sus hazañas guerreras, sino en su faceta más humana, sus amores y desamores, su desgraciada infancia y su voluntad de afianzar la cristiandad por encima de todo. Al principio de la novela se muestra arisco, arrogante, desdeñoso (sobre todo con su esposa), frío y calculador. Poco a poco el personaje se va humanizando. Pese a su juventud, es extremadamente ingenioso y agudo y sus diálogos rezuman sabiduría.
REY DON JAIME I DE ARAGÓN. Lleva el peso de la novela. Es el protagonista absoluto. En el libro se retrata su vertiente más personal y desconocida, no centrándose tanto en sus hazañas guerreras, sino en su faceta más humana, sus amores y desamores, su desgraciada infancia y su voluntad de afianzar la cristiandad por encima de todo. Al principio de la novela se muestra arisco, arrogante, desdeñoso (sobre todo con su esposa), frío y calculador. Poco a poco el personaje se va humanizando. Pese a su juventud, es extremadamente ingenioso y agudo y sus diálogos rezuman sabiduría.
CONSTANZA DE JESÚS. Es una monja navarra procedente del monasterio de Santa María de la Caridad en Tulebras, un poco gruesa pero ágil, de cierta edad, con un peculiar tic que la lleva a rascarse la piel aunque no le pique. Es afable, poco ortodoxa y está dotada de un gran sentido del humor además de poseer un olfato de sabueso que hará que el Rey la requiera para desentrañar los misterios que se esconden tras los muros de la abadía.
DOÑA INÉS DE OSONA. Abadesa del monasterio de San Benito, primer cenobio femenino con amplios privilegios históricos, el cual dirige con mano dura. Mujer de fuerte carácter, se enfrentará en más de una ocasión al mismísimo Rey. Su fanatismo la llevará a acometer los actos más deleznables. Es el personaje más oscuro de la novela.
DOÑA LEONOR DE CASTILLA. Esposa enamorada y no correspondida, mata las horas muertas y su dolor en sus labores de costura. Su mayor desahogo son las charlas que mantiene con sus damas de corte. Es un personaje de carácter noble, de una gran lealtad y un fuerte sentido de la amistad.
VIOLANTE DE HUNGRÍA. Bajo la apariencia infantil de esta dama de doña Leonor, se esconde una mujer con un firme y oculto propósito que intentará conseguir desplegando para ello todas sus artes amatorias.
La negación de lo evidente.
En más de una entrevista, al ser preguntado por el paralelismo entre La abadía de los crímenes y El nombre de la rosa, Gómez Rufo ha declarado que nunca pensó en el libro de Umberto Eco mientras escribía el suyo, insistiendo en que los parecidos los han encontrados otros, no así él.
En más de una entrevista, al ser preguntado por el paralelismo entre La abadía de los crímenes y El nombre de la rosa, Gómez Rufo ha declarado que nunca pensó en el libro de Umberto Eco mientras escribía el suyo, insistiendo en que los parecidos los han encontrados otros, no así él.
No deja de sorprenderme dicha afirmación por cuanto en la propia contraportada del libro figura lo siguiente: Si desde El nombre de la rosa el lector esperaba una novela que se adentrara en la historia a través de una investigación criminal, en La abadía de los crímenes encontrará además una mirada irónica sobre la España actual.
Es evidente que Gómez Rufo asume dicha comparación pues es de suponer que de lo contrario no habría permitido que semejante comentario figurase en la mismísima contraportada de su libro. Y es que, seamos realistas, una abadía, unos crímenes, y una monja sagaz llamada para desentrañar el misterio..., y todo ello dentro de un marco histórico... ¿Es baladí la comparación?
En la página web del autor figuran diversas entrevistas y chats con los lectores y en muchas ocasiones es el propio Gómez Rufo el que contesta sacando a colación el libro de Umberto Eco.
Pero hay más. Umberto Eco ha reconocido en numerosas ocasiones que el título provisional de El nombre de la rosa era La abadía del crimen. ¿Es posible que Gómez Rufo desconociera este hecho? No lo creo. No entiendo que por un lado se beneficie de dicha comparación (yo misma compré este libro por dicho motivo) y por el otro trate de negar la evidencia.
Novela intergenérica.
Así define el propio autor a La abadía de los crímenes.
Así define el propio autor a La abadía de los crímenes.
Es una mezcla de novela histórica, con tintes detectivescos y una historia de amor donde caben más de dos. Yo añadiría uno que a priori pueda parecer secundario pero que entiendo es el pilar de toda la novela, el tema político en lo tocante a los nacionalismos, y si es necesario especificar más, el nacionalismo catalán, y es a ese nacionalismo al que se refiere el texto de la contraportada al decir lo de una mirada irónica sobre la España actual.
(...)
me preocupa la insistencia de los nobles catalanes en pedirme cuentas, en medirlo todo en dineros y en buscar cada vez más poder en menoscabo del poder de la Corona. (pág. 88)
Mi valoración del libro.
Pese a tener todos los ingredientes para ser una buena novela, lo cierto es que me ha gustado pero no me ha encantado. La mezcolanza de géneros me da la sensación de que no tiene cabida en escasas 390 páginas. La sensación que me queda es que todas las historias se quedan a medio cocer, como si les faltara un hervor.
Pese a tener todos los ingredientes para ser una buena novela, lo cierto es que me ha gustado pero no me ha encantado. La mezcolanza de géneros me da la sensación de que no tiene cabida en escasas 390 páginas. La sensación que me queda es que todas las historias se quedan a medio cocer, como si les faltara un hervor.
La trama histórica se queda, a mi parecer, corta. Hubiera preferido que se adentrara más en ella, o bien haciendo un libro más extenso, o bien suprimiendo muchas de las conversaciones sobre cotilleos y amoríos de la reina con sus damas de corte.
Personalmente he echado en falta alguna referencia al final del libro sobre lo que es real y lo que es mera ficción, como por ejemplo si existió o no el convento en el que se sitúa la novela, (ahora sé las respuestas, pero porque las he buscado en internet), o si el rey don Jaime era tan ingenioso y poseía ese sentido del humor tan socarrón o es pura inventiva para acercarnos su vertiente más humana.
Me ha sorprendido también que después de dos años de documentación histórica (según declaraciones de Gómez Rufo) no se mencione en el libro la bibliografía en la que se ha documentado.
La trama detectivesca se me ha quedado igualmente corta. Tiene un inicio sabrosísimo que va decayendo y cuya resolución se ve venir a leguas, por lo que el ritmo y la tensión se pierden a ratos.
El personaje que se hace más interesante es sin duda el del Rey, cargado de frases acertadísimas, ingeniosas y audaces. Su sentido del humor también es destacable y te arranca más de sonrisa y alguna que otra carcajada.
La versión femenina del Guillermo de Baskerville, se queda también corta. Esperas una Constanza de Jesús más carismática con la que empatizar rápidamente y sin embargo yo no lo he conseguido. Es cierto que es un personaje peculiar, perspicaz y alejado de los rígidos protocolos que regían la vida monacal, pero no pasa de ahí.
Por lo demás el libro entretiene y es fácil y ameno de leer (salvo alguna escena con un perro que se me ha hecho repugnante). ¿Recomendable? Pues sí y no. Sí para los que busquen una novela bien escrita, con una prosa de calidad, frases lapidarias y entretenimiento sin más, y no para los que busquen una novela de ritmo frenético que te mantenga en tensión, ni para los amantes de la novela histórica más profunda.
A quienes tengo claro que no les dejará indiferentes el libro es sin lugar a dudas a los nacionalistas catalanes, pero no digo más para no destripar.
Lo mejor del libro, sin duda, la prosa de Gómez Rufo, especialmente los diálogos, cargados de ironía, ingenio y sentido del humor. Ahí va un ejemplo:
- ¿No os importa quedaros sin camarera a vuestro servicio, señor? - preguntó con malicia la reina. (La reina se está refiriendo a que su dama de corte, la princesa Violante de Hungría, debe regresar con ella a palacio quedando el rey sólo en el convento)
- De ningún modo - respondió con la misma malicia don Jaime -. Ardo en deseos de que la conozcáis mejor. Algún día será la reina.
- Ya - se rindió doña Leonor-. Lo comprendo.
- De Hungría - aclaró el rey, sonriendo mientras se doblaba en una reverencia exagerada a su esposa.
(pág. 310)
A mí me gustó mucho, pero no había reparado en el gazapo, jeje.
ResponderEliminarBesos,
Sí, bueno, a mí también se me pasan muchos otros cuando luego veo que los demás los comentan. No podemos estar en todo, ja,ja.
ResponderEliminarBss.
Creo que la novela me gustó algo más que a tí.
ResponderEliminar¡Y no me había dado cuenta del gazapo!